Consecuencias de una huelga implicarían retrasos en recaladas de buques e incremento de tarifas spot
Las negociaciones laborales entre la International Longshoremen’s Association (ILA), que reúne a los estibadores de la Costa Este y del Golfo de EE. UU. y la United States Maritime Alliance (USMX), integrada por los operadores portuarios, se reanudarían el próximo martes 7 de enero, hecho que implicaría un pequeño pero importante avance en un punto muerto que se remonta a mediados de noviembre, reporta Bloomberg.
Cabe recordar que la ILA plantea su posición contra la automatización como una lucha existencial, y ha recibido el respaldo del presidente electo Donald Trump, que asumirá el cargo el 20 de enero.La USMX, en tanto, está presentando un argumento económico más amplio de que los puertos necesitan modernizarse para satisfacer las necesidades de las empresas estadounidenses, afirmando que la automatización ayudará a mejorar la eficiencia de los puertos nacionales, protegerá los puestos de trabajo y garantizará que las terminales puedan manejar mayores volúmenes en el futuro.
Consecuencias de una posible huelga
En caso de hacerse efectiva la huelga, las compañías importadoras y exportadoras deberían prever retrasos en la carga y tarifas de flete más elevadas, algunas de las cuales podrían repercutir en los consumidores estadounidenses a través de un aumento de los precios. El 24 de diciembre, Hapag-Lloyd advirtió a sus clientes la implementación de un recargo de US$850 para los contenedores de 20 pies y de US$1.700 para las unidades de 40 pies afectadas por una huelga.
Si la huelga, que comenzaría el 15 de enero si ambas partes no llegan a un acuerdo, líneas navieras se verían obligadas a cancelar sus itinerarios (mediante blank sailings)para que sus buques no esperen indefinidamente fuera de los puertos. De modo que un portacontenedor que se retrase una semana en recalar en un puerto, se retrasará una semana en su retorno.
Se espera que a corto plazo, una menor capacidad, producida por las cancelaciones de itinerarios, puede ser positiva para las líneas navieras porque les permitiría elevar las tarifas de fletes. A largo plazo, sin embargo, se traduce en itinerarios poco fiables y clientes descontentos.
Impacto económico potencial
La mayoría de los economistas prevén que una nueva huelga no tendrá consecuencias si dura menos de una o dos semanas. Los retrasos de los embarque no tardarían en ponerse al día y el impacto en el PIB sería insignificante. Las previsiones de daños oscilan entre 1.000 y 5.000 millones de dólares diarios de pérdida de actividad, una pequeña fracción de los 29 billones de dólares de la economía estadounidense.
Sin embargo, los problemas empezarán a agravarse si la crisis dura más de un par de semanas, y la escasez de componentes y productos afectará a la producción industrial y a la confianza de los consumidores.
Por otro lado, la doble amenaza de una huelga portuaria estadounidense y los aranceles de Trump están impulsando las tarifas de transporte marítimo spot. El último World Container Index de Drewry mostró que la tarifa por el transporte de un contenedor de 40 pies de Shanghái a Nueva York subió un 6,1% durante la semana pasada -el tercer avance semanal consecutivo de esa ruta-, mientras que la tarifa a Los Ángeles subió un 7,3%.
Fuente – Mundo Marítimo