Proximidad a EE. UU., fuerza laboral calificada y menores costos de producción siguen siendo sus ventajas
Durante los primeros pasos del caos comercial iniciado por la administración de Donald Trump a través de su política arancelaria, México enfrentó presiones económicas y la imposición de nuevos aranceles. No obstante, el giro en la política comercial estadounidense —que endurece medidas contra otras economías, especialmente la china— reconfigura el panorama, permitiéndole a México conservar su estatus como un destino cada vez más atractivo para la reubicación de manufactura, estrategia comercial conocida como nearshoring.
El país evitó quedar incluido en la última ronda de aranceles, que afectan particularmente a China, pese a ser, al igual que esta nación, un importante exportador con costos laborales relativamente bajos. Aunque México aún enfrenta algunos gravámenes, como el impuesto del 25% sobre contenido no estadounidense en automóviles, la mayoría de su comercio con Estados Unidos continúa exento gracias al Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).
¿Un respiro necesario?
Analistas del sector consideran que estas condiciones podrían fortalecer la competitividad mexicana, según el WSJ . Jorge Henrichsen, codirector ejecutivo de Nearshore Company, destacó que los nuevos aranceles- en referencia a los anunciado, pero a la postre postergados aranceles recíprocos (excepto para China)- “están a punto de hacer que México sea más competitivo”, permitiéndole al país posicionarse como un hub manufacturero clave en la región.
Greg Husisian, socio del bufete Foley & Lardner, considera que la aplicación más amplia de barreras comerciales puede estimular una oleada mayor de inversiones hacia México en comparación con la que se produjo durante el primer mandato de Trump.
El papel de México
Desde la vigencia del USMCA en 2020, México se ha consolidado como el principal proveedor extranjero de bienes para Estados Unidos. Entre sus ventajas figuran la proximidad geográfica, la afinidad cultural, una fuerza laboral calificada y menores costos de producción. Datos del gobierno estadounidense revelan que la participación mexicana en las importaciones totales de bienes estadounidenses aumentó a 15,5% en 2024, frente al 13,6% en 2018. En contraste, la participación de China cayó del 21,2% al 13,4% en el mismo periodo.
Goldman Sachs estima que la tasa arancelaria promedio que enfrentará México se ubicará en torno al 8%. El economista Alberto Ramos señaló que, aunque no es una situación óptima, no representa un impacto insuperable para la economía mexicana.
Pese a las condiciones favorables, la incertidumbre política y la actual desaceleración económica en México han contenido algunas inversiones. Empresas como Stellantis detuvieron actividades en ciertas plantas en Norteamérica, mientras que EnerSys anunció el cierre de una planta en Monterrey, trasladando su producción a Estados Unidos.
Relaciones políticas
En el ámbito diplomático, el enfoque del actual gobierno mexicano ha sido evitar confrontaciones con Estados Unidos. La presidenta Claudia Sheinbaum prefiere posponer medidas de represalia ante los aranceles impuestos y centrarse en el diálogo.
Sheinbaum subrayó que las prioridades de su administración incluyen la eliminación o reducción de aranceles sobre sectores clave como el automotriz, el acero y el aluminio.
Fuente – Mundo Marítimo