Economia

Otros datos: Por qué son necesarios para entender la situación económica actual

Diálogo parecido a lo que se escuchó recientemente en una conferencia mañanera en Palacio Nacional.

Periodista: Los datos del INEGI muestran una fuerte contracción del consumo.

Presidente: Mi optimismo lo sustento en otros datos.

Periodista: ¿Cuáles son esos datos?

Presidente: Los datos del SAT muestran al mes de enero un incremento anual de 6% en las ventas de las tiendas de autoservicio.

Las estadísticas macroeconómicas son inoportunas al publicarse con un rezago considerable respecto al periodo que quieren explicar. Y, además, tienen un sesgo plutocrático pues el consumo de quien más gasta o produce tiene un mayor peso en las tendencias que reflejan dichas métricas. Así, para entender el ritmo de la recuperación económica en México, resulta indispensable recurrir a otros datos que muestren con mayor oportunidad la evolución de la economía y que capturen la experiencia del grueso de la población.

Las limitaciones de las estadísticas macroeconómicas se han hecho más evidentes durante la pandemia. En todos los países del mundo se ha observado que la situación económica de distintos grupos sociales, tipos de empresa e industria han evolucionado de manera divergente. El caso de México no es una excepción. Al complementar las estadísticas macroeconómicas con información transaccional del sistema bancario podemos ver con oportunidad que el desempeño de la economía ha tenido dos caras: a ciertos grupos les ha ido bien, mientras que a otros les ha ido mal.

Acorde con la información que ofrece el big data bancario, que antes mencioné, el consumo de las personas cuyo ingreso era menor a 20,000 pesos antes de la pandemia hoy día es 25% superior a lo que registraba hace un año. En contraste, aquellos individuos cuyo ingreso antes de la pandemia era mayor a 20,000 pesos han contraído su gasto poco más de 10 por ciento. Es interesante que al agregar el consumo de ambos grupos en esta métrica de big data la tasa de crecimiento anual es muy cercana a la fuente del SAT que hace algunos días citó el presidente de la República.

El mayor consumo por parte de los grupos sociales de menor ingreso, en lo fundamental, obedece a tres razones: 1) el ingreso de dicho grupo se ha visto amortiguado por los programas sociales que se han extendido; 2) las personas de bajo ingreso al carecer de un seguro de desempleo han seguido trabajando durante la pandemia; y 3) este grupo gasta poco en los servicios más afectados por la pandemia como son la hotelería y el entretenimiento. El último punto también explica la caída en el gasto de las personas de mayor ingreso pues su canasta de consumo incluye en una alta proporción a los servicios cuya provisión es afectada por la posibilidad de contagio covid.

El big data bancario también muestra que las microempresas se han visto menos afectadas que las empresas de tamaño medio. El ingreso de las primeras no es muy distinto a lo que tenían antes de la pandemia mientras que las otras tienen una merma en sus ingresos mayor al 10 por ciento. En gran medida esto se debe a que las microempresas les ha sido posible mantener abierto su negocio en mayor proporción que las empresas medianas. Si bien durante el mes de enero volvieron a cerrar sus puertas algunas microempresas, durante el último trimestre del año pasado el número de microempresas abiertas era muy similar a lo que se observaba antes de la pandemia. En contraste, más de 10% de las empresas de tamaño medio no lograron reanudar sus operaciones.  

La información que deriva de los grandes volúmenes de datos de la banca también nos enseña que la suerte de trabajadores y empresas ha sido muy distinta a nivel sectorial. El empleo y los ingresos de las empresas que participan en actividades económicas resilientes a la pandemia han prosperado, y lo contrario ha ocurrido en los sectores expuestos como son los servicios turísticos, de esparcimiento y transporte.

Todo lo anterior resulta congruente con los datos de movilidad de la ciudadanía que ofrece el mismo big data. En enero de este año la movilidad de las personas se mantuvo cerca de 10% por debajo de lo que se observó el año previo.

Es de celebrar que se consulten diversas fuentes de datos en los momentos que el panorama económico es difícil de interpretar. En la coyuntura actual en que esos otros datos nos muestran un desempeño económico divergente entre sectores y clases sociales, es evidente que esta situación no puede prolongarse por mucho tiempo más sin que la recesión que experimenta una parte de la economía no contamine a la otra parte. La raíz del problema económico ha sido de orden sanitario y su solución de fondo estriba en frenar la pandemia que mantiene a la gente en sus casas.

*El autor es director general adjunto en Grupo Financiero Banorte. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor.

Fuente: www.eleconomista.com.mx

Related Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *