Economia, Finanzas, Logistica y Transporte

El auge del ‘e-commerce’ no compensa la crisis en la logística

El sector de la logística está atravesando una temporada compleja y marcada por altibajos. Por un lado, ha sufrido una caída de la actividad industrial y por el otro, ha vivido un auge del comercio electrónico.

Hay pocos datos y bastante dispersos pero desde la patronal de logística UNO, que agrupa a empresas que trabajan en toda la cadena de suministro (desde el aprovisionamiento hasta la última milla), señalan que el 2020 no será un buen año. “La caída de las transacciones entre compañías industriales (B2B) se ha desplomado de forma drástica, especialmente en sectores como el textil y la hostelería y restauración, que han registrado descensos del 50%”, comenta el presidente de la patronal, Francisco Aranda. Actualmente, la actividad en este segmento –que representa alrededor de la mitad de las operaciones del total de la logística– se encuentra a niveles del 65% del año pasado.

El empleo está por debajo del año pasado pero ha vivido un impulso en los últimos meses

En cambio, la actividad relacionada con el comercio electrónico (transacciones B2C) cerrará el año con un crecimiento del 25% de las operaciones, impulsada por las ventas online durante el confinamiento. Sin embargo, Aranda señala que este incremento no compensará el descenso de la actividad B2B. “La actividad relacionada con el comercio electrónico tiene márgenes más bajos porque su operativa es más compleja que la industrial”. Ante este panorama, la patronal augura una caída del volumen de negocio (no concreta el porcentaje) aunque pronostica que conservará su peso en relación al PIB, ya que la economía también sufrirá un grave descenso. El año pasado representó el 6% del PIB de España, alrededor de 74.685,42 millones de euros, según estimaciones de la patronal.

En cuanto al empleo, la demanda está creciendo en la recta final del año a causa del black friday y la campaña de Navidad. La multinacional Randstad, especializada en servicios de ETT, señala que la contratación en España del mes de noviembre creció un 22,3% respecto al mismo mes del año pasado, hasta alcanzar 133.637 firmas de contratos. En Catalunya, el crecimiento fue algo superior, del 24%. Sin embargo, el empleo total sigue por debajo del año 2019. Según los últimos datos de la EPA, relativos al tercer trimestre del año, la cifra de asalariados en el sector del transporte y almacenamiento fue de 826.300 frente a los 872.900 del mismo periodo del año anterior.

De cara el próximo año, Aranda señala que la actividad seguirá el mismo patrón: la actividad B2B estará lejos de la recuperación mientras que el e-commerce (B2C) continuará al alza. En este sentido, las compañías se preparan para afrontar nuevos retos, “como la volatilidad de la demanda y la reducción de emisiones”, coinciden los directivos Samuel Fuentes, de Ontruck, y Fernando Benito, de Paack, dos compañías digitales del sector. En cuanto a la sostenibilidad, el sector reconoce que hay deberes por hacer. El transporte en general (no hay datos del sector logístico) representa el 27% de las emisiones en España. Aranda señala que, más allá de objetivos, no existe una normativa que obligue a las empresas logísticas a reducir emisiones. El Gobierno plantea rebajarlas un 32% en diez años, alineado con las metas internacionales. Un estudio de Boston Consulting Group realizado a 827 grandes empresas logísticas (como DHL, Seur, Fedex o Maersk) revela la falta de compromiso y transparencia general. El 70% no hace públicos sus datos sobre emisiones, solo el 23% tiene objetivos para reducir su impacto ambiental y, dentro de este grupo, solo el 9% ha reducido emisiones en el último año. Quedan deberes por hacer.

El valor diferencial

Francisco Aranda, presidente de la patronal UNO, sostiene que la logística se está convirtiendo en el valor diferencial del servicio de las empresas de todo tipo. “Teniendo en cuenta el crecimiento del comercio electrónico y que la oferta online se está homogeneizando cada vez más, el consumidor acabará eligiendo la tienda en función del servicio de entrega, una actividad que la gran mayoría de compañías subcontratan debido a su complejidad”, sostiene. Para estar a la altura de las exigencias del mercado, las compañías que trabajan la última milla están apostando fuerte en robotizar las naves logísticas, en crear plataformas que permitan automatizar la gestión y adaptarla en función de la demanda y en aumentar la capilaridad de los almacenes en la ciudad para recortar los tiempos de entrega. En este sentido, destaca la tendencia de las dark stores, o almacenes oscuros, que implantan cada vez más compañías del sector del delivery y el gran consumo. También despunta la figura de las locker rooms, taquillas donde las compañías depositan los productos con el objetivo de que el cliente los recoja según su conveniencia y con menos costes de envío.

Fuente: www.lavanguardia.com

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